Comedia dramática que cuenta con entrañables personajes, una pequeña historia y un reparto que sin duda es el punto fuerte.
La historia trata de un hombre totalmente a la deriva, que por su necesidad de dinero acepta cuidar al hijo de su vecina. En este niño encontrará un amigo, y el niño a cambio, ese padre que no está presente.
No es que sea de lo más original, pero es divertida, con toques muy buenos y a la vez llena de dramatismo.
Sin duda lo que hace que la película gane puntos es su reparto.
Bill Murray, absoluto protagonista, desprende todas sus armas de una forma honesta. Es divertido, es creíble y tiene esa cara que en momentos nos rompe el alma. Como compañero nos presentan Jaeden Lieberher, un niño que la verdad sorprende. Totalmente a la altura de ser compañero de Murray y de caernos muy bien.
Naomi Watts y Melissa McCarthy, dan el toque femenino. Esta última nos muestra un lado menos conocido de ella, el dramático, que permite ver a esa actriz que quizás nos estamos perdiendo.
Todo ello con buenas canciones, unos geniales secundarios y una dirección muy desapercibida, en el buen sentido.
Por lo demás, una historia positiva, llena de momentos y con una reflexión sobre los santos, sobre personas. Sobre los seres humanos, que aunque las apariencias no les ayuden, hacen cosas realmente buenas por los demás.
NOTA: 7/10
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